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viernes, 22 de noviembre de 2013

Un viernes de Milonga argentina en Barcelona. Biotango.


     Silvia Lezcano baila...

No tienes porque saber que es una Milonga, ni tampoco estás condenado a conocerla en una ciudad como Barcelona; si por casualidad alguien te lleva de la mano, la Milonga a partir de ese instante formará parte de tu vida en la ciudad, no sólo por el tango que se baila a media luz, sino porque su música es un vehículo donde entran todas las parejas a bailar inclinadas de forma piramidal.
Los que me conocen saben de mi gusto por el baile y bailar en sí mismo, no obstante, es la primera noche que estoy en un salón donde todos bailan y yo soy un simple mirón, quizás porque ver bailar bien el tango, no da sueñoIncluso, ver bailar neófitos que van más que sujetos anudados, también.

Cuando hablo de bailar bien el tango me refiero a Silvia Lezcano, la profe de tango en Biocenter/Biotango, el local donde estoy,  y a Toni Barber,  que también tiene su salón, pero en el barrio de Gràcia; ambos forman parte de la ruta del tango en Barcelona; él hace más de veinte años, ella menos en Barcelona pero con una calidad extraordinaria en las piernas trabajadas en su país, Argentina donde el tango es otra forma de arte y vida.
Ya habían comenzado a danzar cuando llegamos al salón. La frase de "verla, no daba sueño," es de un ciego escritor argentino, Jorge Luis Borges. Yo que no soy ciego, la veía flotar por todo el salón consciente de que no necesitaba la luz. La música hacia la voluntad con su cuerpo y éste se dejaba llevar por Toni Barber a quien soy incapaz de definir. Sé que me gusta la estética de sus movimientos y la sensualidad innata de cómo hace flotar a Silvia, más no puedo saber cómo lo hace. No alza mucho los pies, y sólo le separa de ella el aire que respira, pues la forma en que llevan apretados el rostro sólo es comparable con las piedras de una pirámide. Esta unión de sudor y fluidos en ambas mejillas contrasta con la separación de cintura hacia abajo, donde las piernas van libres buscando a veces el aire, otras el suelo, pero nunca están quietas.


Antes de llegar venía pensando en lo que siempre ronda la cabeza de un historiador e investigador de música caribeña,  eso que soy, además de blogger compulsivo... Que si Borges escribió "habanera, madre del tango," en su cuento "El espantoso redentor Lazarus Morell;"  que si la milonga es una palabra africana de origen bantú, como mambo y tango, que todos estos ritmos nacieron en Cuba y se dispersaron por todo el continente, y era lógico; donde primero llegaron esclavos africanos fue al Caribe: Santo Domingo y Cuba, y eso es cierto y confirmado por los mismos historiadores argentinos, no obstante, lo que pasó en Montevideo, Uruguay  y Buenos Aires, Argentina con  la habanera evolucionada hacia al tango como género musical-bailable, fue muy diferente.  
En Suramérica  la secuencia rítmica muy cubana del 2x4 se contaminó maravillosamente con otros elementos: instrumentos y figuras danzantes que hoy puedo constatar entre argentinos, japoneses, canarios, canadienses, franceses, vascos y  catalanes. La universalidad del tango argentino es similar a la sensualidad que precede a toda sexualidad.Todos necesitamos de ella, hables la lengua que hables y te muevas en la cultura que te muevas...
Salimos tarde de la Milonga y lo primero que hacen hombres y mujeres en la puerta de Biotango al salir, es cambiarse los zapatos de baile por botas, tacones, o zapatillas todas propias del otoño barcelonés, suceso que me recordó a la protagonista de Hombre mirando al Sudeste, peli de Eliseo Subiela. 
La calle/carrer Pintor Fortuny estaba exactamente en el mismo lugar a pesar de que dentro me dio la sensación de que había hecho un viaje lejos a través de la música...

-Seguro te aburriste mucho, no bailar en una Milonga es algo raro...
-Me lo pasé muy bien. Desde la orilla el Mediterráneo si lo alzas como una sábana,  igual al lienzo, descubres cosas increíbles...
-Vos, no paras... ¿Qué cuadro?
-El mar de la vieja Sirena, de  Salvador Dalí. En el se ve al propio Dalí a los seis años cuando creía ser una niña, levantando la piel del agua para ver a un perro que duerme a la sombra del mar. Yo escribí un poema hace tiempo marcado por esa influencia,  "desde la barceloneta levanto el mar para dejar mi nostalgia en la sombra y en realidad veo a gentes bailando que me recuerdan una isla...
-¿Ahora veras la Milonga? Jajajajaja!
-Tu amiga Silvia diría, Biotango.








    a Laura,  Silvia Lezcano y Toni por mostrar y dejarme estar.
Toni barber tf 651 731 629
Facebook Toni Barber tango
http://www.silvialezcano.com








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