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viernes, 24 de marzo de 2017

Guía visual de Arenys de Mar. El mar de Sinera en mi. Mar soy, nací en marzo

Los poetas no te enseñan amar un lugar. A veces el mar si te enseña. El mar construye versos que deja suspendidos en una nube  y el poeta lo adapta a su humedad. Salvador Espriu tuvo la habilidad de llamarle Sinera (Arenys de Mar inverso) a esa capacidad de adaptar desde aquí, esa nube de versos que ofrece el mar, la montaña ( aqui decimos 'pujol' en catalán) pues no es una montaña en sí. Sino algo que te permite tocar el cielo con tus ojos.

A nadie en su sano juicio -salvo a mí,- se me ocurre intentar un relato de versos sobre un lugar al que vine por un Cementerio del siglo XIX, donde entre los xipreses verdes siempre se ve al fondo el mar, como parte del silencio blanco de la lápida de Salvador Espriu.
No es verano y la morbosidad o voracidad vacacional aún no se ha apoderado de la costa catalana, Maresme o Costa Brava el disfrute de pasar mañana y tarde no tiene precio, sí valor.

  




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